fusionamos dos conceptos, que es la muerte y el sufrimiento. De hecho, cuando decimos, mira, tenía 88, 89, 92 años y se murió durmiendo, decimos, "Qué bendición, ¿no?" Cuando vemos que una persona entra en una enfermedad crónica y lleva años sufriendo y sufriendo y sufriendo, ya en el fondo lo que queremos no es tanto que se prolongue su vida, sino que deje de sufrir tanto, ¿sabes? que de alguna manera no haya tanto sufrimiento. Entonces, la medicina tiene sobre todo que enfocarse en reducir ese sufrimiento, tiene que ayudar a ver cómo se puede mejorar eh aumentar la longitud de los telómeros, cómo se puede reducir los procesos inflamatorios crónicos de bajo grado, cómo mejorar la microbiota para mejorar la salud del cerebro, etcétera, etcétera. Y la medicina está yendo por ahí, lo hace muy bien. con lo cual alargas la vida y alargas la calidad y mejoras la calidad de años de esa vida. Ahora, inevitablemente llegará un momento en el que todos nos vamos a morir. Entonces, ¿cuál es nuestra relación con la muerte? Mira, yo de que más he aprendido ha sido de una de una médico suiza. Se llamaba Elisabeth Cubler Ross, una mujer eh totalmente con una visión totalmente materialista. Ella carecía por completo de una visión espiritual, por completo. Eh, y ella tuvo una serie de experiencias tanto en Europa tras la Segunda Guerra Mundial como en los Estados Unidos, porque ya se casó con norteamericano y ejerció en en un hospital en Chicago, eh estando con moribundos y se dio cuenta de algo eh verdaderamente extraordinario, tanto que ella ha sido la y es considerada la máxima referencia mundial. Ella ya falleció en tanatología, la ciencia de la muerte, y se puede eh resumir muy bien toda su experiencia científica en
