Desde las primeras horas de su elaboración, la chicha se transformaba en un medio para invocar energías superiores. Esta era ofrecida en ceremonias religiosas como una ofrenda para la Pachamama, la Madre Tierra, y para Inti, el dios Sol. Pero, al mismo tiempo, era el combustible que mantenía a los guerreros en pie. Después de largas jornadas de lucha, su consumo no solo restauraba sus cuerpos, sino también sus almas.
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há 8 meses
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