Descripción
Ramón, ayúdame a buscar casa, ¡porfa! Quiero una casa que esté cerca de la escuela de los quichis, porque eso de andar en los camiones no me conviene… y el gordo se pone bien enfadoso. Tampoco quiero que esté a una cuadra o dos… por el mono, ¿verdad? Pero tampoco tan lejos. Algo así… factible. Ya sé que por esas zonas están carillas. Y ya sé que vas a decir que ya me diste los siete mil pa' la casa… y que me los gasté. Pero, como te dije ayer: tampoco quiero que tú la pagues toda. Si tú me quieres ayudar, ¡qué bueno! Neta que sí me echarías una mano. Porque, no, no, no… nadie me ayuda. Por ejemplo, yo podría pagar una renta como si viviera por acá, donde vivo. Bueno, que de todas formas están carillas, pero ponle unos dos mil, ¿va? Y ya lo demás me lo pagas tú. Y obvio, me sigues dando lo de la pensión… porque allá las casas están algo caras. Pero quiero buscar una que no esté tan cara y que esté cerca. Y pues también ver qué vamos a hacer con los niños, porque ya saliéndome de aquí de con la Mirian… ya no voy a tener quién me los cuide. Sería volver a lo mismo de siempre. Pero sí… sí quiero hacer eso. Para ya en mi próximo descanso, empezar a buscar casas. ¡Ah! Y pues sí: si te puedes llevar a los niños esta semana, que estoy en la mañana, la verdad sí estaría bien a gusto. Nomás te pido un favor… mándame la ropa, no le hace que esté sucia, pa’ yo tenerla aquí, porque se me va a hacer un desbalagüe. ¿De qué va a servir que les compraste el montón de ropa, si rápido se va a perder? Nomás eso te encargo. A mí me ayudas, porque no estoy con la presión de: “¡Chin! ahora que se los tienen que llevar y que hay que despertarlos temprano, pa’ irlos a retacar allá a la oficina… y tener que estar con el montón de zancudos.” Hay muchísimos zancudos ahí donde trabajan, miran… y no, no me quedo a gusto. Es que cuando me voy aquí en la noche, pues aquí ya cenan, ven pelis, y se acuestan. Pero… pues no es lo mismo que estar yo todo el día trabajando… y ellos aquí solos. Bueno, no solos-solos, con ellos, pero… no me siento igual, ¿verdad?