Lo que pasa, Zamba, es que estamos en la época de la República Conservadora, entre 1880 y 1916. Yo te lo explico, porque yo sé de todo. Fue un tiempo en el que el poder estaba en manos de unos pocos: el Partido Autonomista Nacional, o PAN. Decían que querían orden y progreso, pero en realidad, la política estaba cerrada para la mayoría. Con trampas, Zamba… ¡fraude electoral! Mirá: voto cantado, padrones falsos, compra de votos, amenazas… ¡todo para que siempre ganaran los mismos! Y no solo eso. También tenían la “política del acuerdo” y usaban caudillos electorales para controlar a los votantes. Exacto: Julio Argentino Roca. Su lema era “Paz y Administración”. Él impulsaba el modelo agroexportador, con apoyo de gobernadores y del ejército. No tanto. En 1886 asumió Miguel Juárez Celman, y su gobierno se llamó *el Unicato*. Porque él quería todo el poder para sí. Al principio hubo crecimiento económico, pero lleno de especulación y corrupción. Y no terminó bien. En 1890 estalló una crisis: bancos quebrados, desempleo y bronca en la gente. Se levantó en la Revolución del Parque. No, fueron derrotados, pero lograron que Juárez Celman renunciara. Y de ahí nació la Unión Cívica, que después se dividió y dio lugar a la UCR. Así es. El PAN quería mantener el poder de la oligarquía y el modelo agroexportador. La UCR pedía elecciones limpias. Y los inmigrantes organizados —socialistas y anarquistas— luchaban por mejores condiciones laborales. Exacto, y por eso crecieron los sindicatos y las centrales obreras. Pedían mejores sueldos y menos horas de trabajo. En general, no. Respondía con represión y leyes restrictivas. Aunque poco a poco empezó a hablarse de la “cuestión social”. Sí. En 1912 se aprobó la Ley Sáenz Peña. Que el voto sería secreto, obligatorio y universal masculino. Exacto. Y en 1916, Hipólito Yrigoyen ganó las elecciones. Fue el fin de la República Conservadora y el inicio de una nueva etapa democrática en Argentina. Yo te lo dije, Zamba, porque yo sé de todo.