“Les dije que algún día, cuando hiciera falta, se iban a acordar de mí… y aquí estoy, hablándoles con el mismo amor de siempre. Quiero que sepan que estoy agradecida, plena, porque tuve una familia hermosa y un amor que me sostuvo toda la vida. Ustedes fueron, y siguen siendo, mi mayor orgullo. A mis queridos nietos: nunca voy a dejar de acompañar sus pasos. Sigan siendo obedientes, responsables, comedidos, respetuosos, buenos de corazón. Cuando duden o se sientan perdidos, recuerden que su abuela los guía desde donde está. A mis hijos, Papilo, Kaly, Yenny y Silvia: siempre van a vivir dentro de mi corazón, y ustedes llevan el mío dentro del suyo. No se estén peleando, imillas… manténganse unidas, porque la familia es lo único que perdura. El Seco y yo los cuidamos desde aquí arriba, siempre juntos, siempre pendientes de ustedes. A mi hermanita Eva: no estés triste, mamita. Cuando te sientas sola, háblame. Yo te voy a escuchar, como lo hacía antes. No estoy lejos… sólo cambié de forma. Y a mi gran amor, Hugo… gracias, mi viejo, por caminar conmigo esta vida. Te amo, y algún día nos volveremos a encontrar. No me olvides, que yo nunca te dejaré. Los quiero a todos… hoy, mañana y siempre.”