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Cornelius

Hoy sale uno de los integrantes del Tren de Aragua. Pero Bukele le tenía una sorpresa mortal. Este es Darío Gutiérrez, aunque en los pasillos del penal lo conocen como alias El Visitante. Un miembro frío y calculador del Tren de Aragua que siempre decía tener un plan de escape invisible. Después de 20 años tras las rejas, hoy era su gran día. Había cumplido su condena y ya tenía todo listo para empezar una nueva vida. O al menos eso creía él. Durante semanas, su gente en el extranjero había estado preparando su llegada. En Chicago lo esperaban con fiesta, mujeres, casa nueva… Porque, aunque estuvo encerrado, afuera seguía siendo una leyenda viva entre criminales. Pero la noticia llegó a oídos del único hombre que no perdona errores: Nayib Bukele. Al revisar su expediente, algo le hizo ruido, y ordenó abrir una investigación en silencio. ¿El resultado? Nuevas pruebas. Nuevas víctimas. Nuevas conexiones. Y entonces, Bukele pronunció las palabras que siempre lo cambian todo: “Él no sale. Él regresa”. Esa mañana, El Visitante ya estaba vestido de civil, mirándose al espejo, ensayando su sonrisa de libertad… cuando escuchó la voz de un guardia: —Cambio de planes. Te esperan abajo. Pensó que era su salida. Pero lo llevaron directo a una sala, donde un fiscal le leyó los nuevos cargos. Cuando escuchó la palabra “cadena perpetua”, gritó: —¡Tengo derechos! ¡Exijo comunicarme con la embajada! Pero ya era tarde. Bukele ya había firmado. Su nueva celda será en el nivel más profundo del CECOT. Sin visitas. Sin ventanas. Y sin futuro. ¿Y tú? Dime… ¿qué opinas de esta nueva jugada del presidente más temido del continente?