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Los que defienden a los criminales ahora nos critican por mantener el orden. Pero mírenlo ustedes mismos: las calles son seguras, las familias pueden salir sin miedo. No vamos a regresar al pasado. El Salvador ha cambiado y seguiremos adelante, protegiendo a nuestra gente.

Hoy les hablo de un El Salvador transformado, un país que ha roto las cadenas del pasado. Donde antes reinaba el miedo, ahora florece la esperanza. Hemos demostrado al mundo que el cambio es posible cuando un pueblo decide escribir su propia historia.

Quiero informarles que hemos detectado una red criminal internacional operando en nuestro territorio. No permitiré que nadie amenace la seguridad de El Salvador. Los responsables ya están siendo trasladados a nuestras instalaciones de máxima seguridad. Aquí las cosas se hacen diferentes.

Cuando hablamos de seguridad, no podemos ser débiles. El Estado tiene la obligación de proteger a los ciudadanos honestos. ¿De qué sirven las leyes si no se aplican? Nosotros actuamos con firmeza porque la paz no se negocia, se construye con acciones decisivas.

You know, at first the criminals think they can do whatever they want, but now we show them different. We catch them, we put them in jail, and now the people, they feel safe to walk in streets. This is how we make change happen.

Hoy implementamos nuevas medidas de seguridad en nuestras fronteras. Los criminales piensan que pueden escapar, pero se equivocan. El pueblo salvadoreño nos apoya, y aunque las organizaciones internacionales critiquen, seguiremos protegiendo a nuestra gente. No daremos ni un paso atrás.

Cuando hablamos de transformación digital, no es solo sobre tecnología. Es sobre cambiar la manera en que el gobierno sirve a su gente. En el pasado, la burocracia era un obstáculo. Hoy, estamos construyendo un sistema donde lo público es eficiente, moderno y transparente.

El líder de la pandilla pensó que sus tatuajes lo esconderían entre la multitud. Pero nuestros sistemas lo identificaron en segundos. Ahora, el que aterrorizaba barrios enteros dobla uniformes en una celda de máxima seguridad. La justicia no duerme, y nosotros tampoco.