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Vamos a hablar sobre el proyecto Nueces del Llano en Colombia. Imagina Arauquita que queda en Arauca, una zona que ha sufrido mucho por el conflicto. pues allí está pasando algo esplendido. excombatientes que firmaron la paz y campesinos locales se han unido. Su objetivo: cambiar los cultivos ilícitos por Sacha Inchi, que es una semilla del Amazonas, para así construir un futuro sostenible. Cuentan con apoyo de la Fundación El Alcaraván y la Agencia para la reincorporación y la normalización, la RN. Primero, la apuesta clara por lo legal y lo sostenible, cultivan y procesan la sacha inchi, de ahí sacan nueces, naturales, tostadas, cubiertas de chocolate, también aceite para comer y para cosméticos, intentan usarlo todo, hasta los residuos como abono, un camino hacia una economía legal que respeta el medio ambiente. Segundo, esto es muy importante, la reconciliación en la práctica. No es solo un proyecto de dinero. Mira a excombatientes, son como 19 más o menos, trabajando codo a codo con familias campesinas y esta colaboración día a día ayuda a superar viejos recelos del conflicto, ayuda a construir confianza, demuestra que antiguos enemigos pueden cooperar, es hacer realidad el acuerdo de paz, y finalmente su impacto y los retos que tienen. Nueces del llano ya es un motivo de orgullo local, fomenta que la gente participe, pero aún les queda camino, necesitan mejorar sus instalaciones, conseguir certificados de calidad para poder exportar. y claro, más financiación acceso mercados de afuera. Su visión es consolidar la marca y seguir sembrando paz con trabajo digno. En resumen: Nueces del llano demuestra que transformar territorios de conflicto en lugares de producción y esperanza es totalmente posible si hay colaboración y oportunidades reales.