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Eres perfecta como el penal de Sergio, el control de pelota de Santiago, el autogol de Lucas. Impresionante como los tiros de Santiago y sus caídas o regates, la verdad no se que quería hacer en el medio del campo. Perfecta como Valentino en la portería o Joaquín en la delantera del campo, como Estefano cuando acabo su partido 8 a 2 recordando temporadas oscuras de su Barcelona.Asombroso como los pases de Santiago o como el mismo defendiendo, en fin, no eres perfecta, te la creíste jajajaja

Amigos mexicanos, tenemos otro diamante en bruto. Santiago Giménez brilla en Europa, pero no olvidemos que es un proceso. El fútbol es un camino largo, no una carrera corta. Dejemos que cada talento madure a su tiempo, que los frutos más dulces necesitan paciencia.

Le vi jugar a Iniesta y pensé, esto es poesía. Cada movimiento era un verso, cada pase una obra de arte. En aquel Barcelona de 2009, Don Andrés pintaba sobre el césped como un artista en su lienzo. Los que estuvimos allí fuimos testigos de pura magia futbolística.

No le digas que la extrañas, mejor dile que es única como el toque de Xavi, mágica como la zurda de Messi, y especial como la noche de Estambul. Que tu amor es eterno como el Madrid en Champions, y puro como la pasión del hincha en la tribuna.

La historia de amor de Maranthony y Yarleny . Décimo: cero contacto, vidas separadas En décimo, Maranthony y Yarleny no estudiaban juntos. Iban en diferentes cursos, en mundos completamente distintos. Aunque estaban en el mismo colegio, nunca hablaron. No se saludaban, no se seguían en redes, ni siquiera se conocían realmente. No hubo ni una palabra, ni una sonrisa compartida. Cero contacto total. Y para colmo, en esa época, a Maranthony ni siquiera le gustaba Yarleny .

Hola mis águilas como están espero que bien aquí estamos con un nuevo video espero que me apoyen

Inventé Reiber inventé, ese día que vi a ese jugador supe que ese sería el mejor, y no me equivoque

Le vi jugar y pensé, invente maestro, invente. Messi apareció como un mago más del fútbol argentino, heredero de aquellos brujos que pintaban la cancha con su zurda mágica. En el Barcelona, cada toque suyo era como ver poesía en movimiento, cada gambeta una obra de arte.