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Durante más de 160 millones de años, los dinosaurios dominaron la Tierra. Desde las vastas llanuras hasta los bosques más densos, estas criaturas colosales gobernaron cada rincón del planeta con formas, tamaños y estrategias de supervivencia que desafían nuestra imaginación. Algunos alcanzaban la altura de un edificio de 10 pisos, como el imponente Brachiosaurus. Otros, pequeños como un perro, se movían en manadas rápidas y coordinadas. Pero todos compartían un mismo destino: adaptarse… o desaparecer. El Tyrannosaurus rex, el depredador supremo, con mandíbulas capaces de destrozar huesos. El Velociraptor, veloz e inteligente, cazando en grupo. Criaturas que, en su tiempo, parecían invencibles. Y sin embargo… la naturaleza tenía otros planes. Erupciones masivas, cambios climáticos extremos y finalmente, el impacto de un asteroide de 10 kilómetros sellaron el destino de estas bestias prehistóricas. Pero su legado nunca desapareció. Cada fósil, cada descubrimiento, nos cuenta la historia de un mundo perdido… y nos recuerda que la vida en la Tierra siempre está en constante transformación. Hoy, cuando miramos a las aves que vuelan sobre nosotros… vemos a los descendientes directos de aquellos titanes. Los dinosaurios nunca se fueron por completo. Siguen aquí, en formas que jamás hubiéramos imaginado.