Leonel

Antes de que Cristiano Ronaldo se convirtiera en uno de los jugadores más importantes de la historia del fútbol, su vida ya estaba marcada por los desafíos. Su historia comienza incluso antes de nacer. Su madre, Dolores Aveiro, enfrentaba serios problemas económicos y personales. Tenía tres hijos, y el nacimiento de un cuarto niño parecía imposible de afrontar. Dolores pensó en abortar, pero al final, decidió continuar con el embarazo. Así, el 5 de febrero de 1985, nació Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro en Funchal, en la isla portuguesa de Madeira. Fue un bebé deseado por el destino, que desde sus primeros días tendría que luchar por todo. Cristiano creció en un barrio humilde, rodeado de carencias. Su padre, José Dinis Aveiro, trabajaba como jardinero y también como utilero en un equipo de fútbol local, el Andorinha. Su madre hacía trabajos de limpieza para llevar el sustento a casa. Aunque la vida era difícil, la familia estaba unida. Desde muy pequeño, Ronaldo mostró una gran energía, siempre con un balón en los pies, improvisando partidos en la calle con amigos y vecinos. A los 8 años, comenzó a jugar oficialmente en el equipo Andorinha, donde su padre colaboraba. Desde ese momento, todos notaron algo especial en él. No solo tenía habilidades, sino una determinación increíble. A los 10 años, fue fichado por el Nacional de Madeira, uno de los clubes más importantes de la isla. Allí, continuó su formación, destacándose por su rapidez, sus regates y su hambre de victoria. Pero su verdadera oportunidad llegó a los 12 años, cuando fue invitado a probarse en el Sporting de Lisboa. Fue una experiencia difícil: tuvo que mudarse solo a la capital, lejos de su familia. En la pensión donde vivía, lloraba por las noches debido a la soledad. Muchos se burlaban de él por su acento isleño, su forma de hablar e incluso su físico delgado. Sin embargo, Ronaldo no se rindió. Tenía claro que quería ser el mejor jugador del mundo. Entrenaba más que nadie, se quedaba horas después de los entrenamientos perfeccionando sus habilidades. A los 15 años, le diagnosticaron un problema cardíaco que amenazaba con quitarle el sueño de su vida. Fue operado rápidamente, y apenas unos días después ya estaba de vuelta en el campo. Ese episodio fortaleció su carácter: entendió que debía aprovechar cada oportunidad como si fuera la última. A los 16 años debutó con el primer equipo del Sporting. Su talento era evidente. En 2003, durante un amistoso contra el Manchester United, sorprendió a todos con su velocidad, sus regates y su confianza. Sir Alex Ferguson, técnico del equipo inglés, quedó tan impresionado que pidió ficharlo de inmediato. Así, con solo 18 años, Ronaldo llegó a uno de los clubes más grandes del mundo.