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Buenos días profesora. el tema que voy a exponer será "aspectos evolutivos y desarrollo del área informática", sin más que aportar comienzo con mi exposición. La informática, como disciplina científica y tecnológica, ha experimentado una evolución extraordinaria a lo largo de la historia, transformando radicalmente la forma en que los seres humanos procesan información, resuelven problemas y se comunican. Sus orígenes se remontan a dispositivos mecánicos primitivos, como el ábaco, utilizado en civilizaciones antiguas para realizar cálculos básicos. Sin embargo, el verdadero punto de inflexión llegó en el siglo XIX con las ideas visionarias de Charles Babbage y Ada Lovelace, quienes sentaron las bases de la computación programable. La Máquina Analítica de Babbage, aunque nunca construida en su época, introdujo conceptos fundamentales como el almacenamiento de datos y la ejecución de instrucciones, mientras que Lovelace desarrolló el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina, convirtiéndose así en la primera programadora de la historia. Estos avances teóricos fueron esenciales para el desarrollo de las computadoras modernas. El siglo XX marcó el inicio de la computación electrónica, con hitos como la creación de la máquina ENIAC en 1946, considerada la primera computadora digital programable de propósito general. Esta máquina, que ocupaba una habitación entera y consumía enormes cantidades de energía, utilizaba válvulas de vacío para realizar cálculos a velocidades nunca antes vistas. La invención del transistor en 1947 y los circuitos integrados en la década de 1960 permitieron reducir drásticamente el tamaño de las computadoras, aumentando su eficiencia y accesibilidad. Durante este período, surgieron los primeros lenguajes de programación de alto nivel, como FORTRAN y COBOL, que facilitaron la escritura de software complejo. Además, la teoría de Alan Turing y la arquitectura de von Neumann establecieron los principios lógicos y estructurales que aún rigen el diseño de las computadoras actuales. La revolución informática se aceleró en las décadas de 1970 y 1980 con la aparición de los microprocesadores y las computadoras personales. Empresas como Apple, IBM y Microsoft democratizaron el acceso a la tecnología, llevando las computadoras a hogares y oficinas. La creación de sistemas operativos gráficos, como Windows y macOS, hizo que la interacción con las máquinas fuera más intuitiva, eliminando la necesidad de conocimientos técnicos avanzados. Paralelamente, el desarrollo de Internet, inicialmente concebido como un proyecto militar y académico (ARPANET), se convirtió en una red global que transformó la comunicación, el comercio y la educación. La World Wide Web, propuesta por Tim Berners-Lee en 1989, permitió el intercambio masivo de información y sentó las bases de la era digital en la que vivimos hoy. En el siglo XXI, la informática ha alcanzado niveles de sofisticación impensables, con avances como la inteligencia artificial (IA), el big data y la computación cuántica. La IA, impulsada por algoritmos de aprendizaje automático y redes neuronales profundas, está presente en aplicaciones que van desde asistentes virtuales hasta diagnósticos médicos avanzados. Plataformas como ChatGPT y DeepMind demuestran la capacidad de las máquinas para procesar lenguaje natural y resolver problemas complejos. Por otro lado, el big data ha revolucionado industrias enteras al permitir el análisis de enormes volúmenes de información en tiempo real, optimizando desde estrategias de marketing hasta investigaciones científicas. Mientras tanto, la computación cuántica promete superar las limitaciones de las computadoras tradicionales, con prototipos como los de IBM y Google que exploran el potencial de los qubits para realizar cálculos exponencialmente más rápidos. El impacto social de la informática es incalculable, ya que ha redefinido prácticamente todos los aspectos de la vida moderna. Sin embargo, este progreso también plantea desafíos éticos y técnicos, como la privacidad de datos, la ciberseguridad y el desplazamiento laboral debido a la automatización. A medida que la tecnología continúa avanzando, es crucial reflexionar sobre cómo equilibrar la innovación con la responsabilidad social. La informática no solo es una herramienta, sino también un reflejo de la creatividad humana, y su futuro dependerá de cómo la sociedad decida utilizarla. Desde el ábaco hasta la inteligencia artificial, su evolución es un testimonio del ingenio humano y su búsqueda constante de conocimiento y progreso.