Liliana

Fragmento de Acción: La captura del protagonista "De repente, un grito desgarrador rasgó el aire, y en ese momento comprendí que mi destino ya no estaba en mis manos. Me rodearon, rápidos como sombras. Dos de ellos me tomaron por los brazos, mientras otro se acercaba con una mirada feroz, las manos empapadas en la sangre de su víctima anterior. Intenté resistir, pero el agarre era firme y su fuerza sobrehumana. Mi cuerpo se tensó por la presión, pero no podía hacer nada. El hombre que lideraba la escena me observaba fijamente, y su mirada me penetró más allá del miedo, como si ya supiera que nada podría salvarme. En ese instante, supe que no había escape. Los demás comenzaron a arrastrarme hacia el centro de la plaza, donde el fuego ardía, esperando lo inevitable. Fui arrastrado donde se encontraban los miembros de la tribu reunidos alrededor de un gran fuego. El aire tenso, cargado de una mezcla de calor y tensión. Los indígenas me observaban en silencio, algunos con curiosidad, otros con indiferencia. La atmósfera es solemne, como si todo estuviera ocurriendo según orden predeterminado, uno que no comprendí. Mientras fui movilizado junto a otros prisioneros, la ansiedad se elevó. Mi mente corre en busca de cualquier posibilidad de escape, pero pronto me di cuenta de que estaba atrapado no solo físicamente, si no también en una situación que escapa a su control. La mirada de los indígenas me atraviesa como si yo los hubiera juzgado, como si mi destino estuviera sellado desde el momento en que fui capturado. El fuego sigue precipitando, y el ruido del viento entre los árboles parece acentuar la quietud ominosa que rodea a la escena. Al fondo, el sonido de los cantos y los rituales de mezclaron con el crujir de las llamas del fuego. Entonces sentí que me encontraba en un espacio donde el tiempo mismo parecía detenerse, y donde lo único que le queda es esperar lo que vendrá