Description
--- "No sé cuánto tiempo llevo temblando. El sótano está oscuro, húmedo. Siento el polvo en la garganta. Tatiana intenta mantener la calma, pero la conozco: le tiemblan las manos. María no deja de mirar el suelo, y Anastasia no habla desde que bajamos. Papá trata de mantenerse recto, pero se le nota en los ojos: está destrozado. Mamá está delante de Alexei, como si con su cuerpo pudiera evitar lo inevitable. Yo… yo solo respiro. Y escucho mi propio corazón. Late tan fuerte que siento que va a explotar. Dicen que van a tomarnos una fotografía. Pero no hay cámara. Solo sombras… y hombres con armas. Uno habla. No entiendo qué dice. Pero sé que es el final. Lo sé por la forma en que sostiene el fusil. Por la tensión en el aire. Y entonces el primer disparo. Todo se rompe. El ruido me atraviesa los oídos. Tatiana se tambalea. Se lleva la mano al pecho y cae hacia un lado. Grita. Un grito que no voy a olvidar jamás. Le sigue otro disparo, directo al rostro. Su cuerpo cae sobre el mío. Caliente. Pesado. Todavía tiembla. María intenta correr. No lo logra. Tropieza. Un hombre la alcanza. Le dispara en la espalda. Ella se retuerce. Suplica. Y entonces… la bayoneta. Varias veces. Como si no fuera humana. Como si solo fuera un problema que tienen que terminar de destruir. Anastasia empieza a gritar mi nombre. Se lanza hacia mí. Le disparan en la pierna. Se arrastra. Me mira. "Olga", me dice con voz rota. Pero no puedo moverme. No puedo hacer nada. Otro disparo. La sangre le salpica la cara. Intenta respirar. Otro disparo. Su cabeza cae sobre mis rodillas. Siento el calor. El temblor. Y luego… nada. No sé cuántos disparos hubo. No sé quién sigue vivo. Me hago la muerta. Tengo el rostro cubierto de sangre que no es mía. Siento los pasos. Las voces. Los gritos se apagan uno a uno. Escucho a Alexei sollozar. Le duele. No puede levantarse. Lo patean. Lo disparan. Y aún así… aún respira. ¿Por qué no termina? ¿Por qué no lo dejan ir? Quiero cerrar los ojos. Pero tengo miedo de no volver a abrirlos. O de ver algo peor si lo hago. El suelo está frío. Estoy empapada. De sangre. De muerte. De desesperación. Esto no es una ejecución. Es una masacre. Es el infierno, en una habitación sin ventanas. Mi nombre era Olga Nikolaevna Romanova. Tenía 22 años. Era la hija mayor del último zar de Rusia. Morí viendo morir a mis hermanas. A mis padres. A mi hermano. Con los oídos llenos de disparos… y el alma partida en pedazos que nadie va a recoger jamás." ---