carlos andres diaz guerra
Description
Buenos días/tardes. Mi nombre es Carlos Andres Diaz Guerra, y actualmente me desempeño como docente de básica primaria en la Institución Educativa San Rafael de Albania, en el departamento de La Guajira. Trabajo con estudiantes del grado quinto, una población diversa, con múltiples necesidades educativas, entre ellas estudiantes en zonas rurales y con contextos culturales propios de nuestras comunidades indígenas. Uno de los grandes retos es lograr una enseñanza significativa y pertinente que conecte con su realidad, promoviendo no solo el aprendizaje académico, sino también el desarrollo humano integral. Para mí, las habilidades blandas son aquellas capacidades humanas que permiten a los estudiantes relacionarse, resolver conflictos, trabajar en equipo y comunicarse de forma efectiva. Son tan importantes como los contenidos académicos, porque preparan a los niños para la vida. En mi práctica, promuevo estas habilidades especialmente en los momentos de inicio de clase, cuando realizamos dinámicas de escucha activa, expresión de emociones y trabajo colaborativo. También las refuerzo cuando asigno roles en trabajos grupales, lo que fomenta la responsabilidad, el liderazgo y la empatía. Su impacto ha sido evidente: mis estudiantes se expresan mejor, resuelven desacuerdos dialogando y muestran más disposición para colaborar entre ellos. Los estilos de aprendizaje me recuerdan que cada estudiante aprende de manera distinta. Algunos necesitan ver, otros escuchar, y otros moverse y tocar para comprender. Reconocer esto me ha permitido planear clases más inclusivas y dinámicas. En el aula, combino recursos visuales como mapas mentales o infografías, con actividades auditivas como canciones educativas y juegos orales, y también incorporo la manipulación de materiales para los más kinestésicos. Esta adaptación ha hecho que más estudiantes participen activamente, disminuyendo la frustración y aumentando la comprensión. El ABP para mí representa una oportunidad para que el estudiante sea protagonista de su proceso, desarrollando un pensamiento crítico y creativo mientras resuelve problemas reales o cercanos a su entorno. En el aula lo implementé recientemente con un proyecto sobre el cuidado del medio ambiente, donde los niños investigaron, salieron al entorno a recoger datos, hicieron campañas ecológicas y al final presentaron sus resultados ante la comunidad educativa. Fue una experiencia transformadora. El impacto fue alto: los estudiantes mostraron mayor compromiso, desarrollaron habilidades de investigación, mejoraron su expresión oral y escrita, y fortalecieron su sentido de pertenencia con el entorno. “Educar no es llenar la mente de contenido, sino encender la chispa que permite a cada estudiante descubrir su camino, desde su realidad y con sentido para su vida.”