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La música ranchera es como el alma de México, no se puede explicar con palabras. Cuando subo al escenario y veo a mi gente, siento que el corazón se me hace grande. No hay mayor bendición que cantar para mi público y sentir su cariño. Y sus aplausos los llevo siempre conmigo. Yo me debo a ustedes querido público.

“Mano, hoy me subí a la combi y estaba tan llena que el cobrador me dijo ‘páse nomás al fondo’… causa, terminé viajando medio colgado de la ventana, abrazando a un desconocido como si fuera mi tío en Navidad. Y pa’ rematar, el chofer pone huayno bien triste… y yo ahí, apretado, con la lágrima a punto de salir, pero no por la canción, sino porque el de atrás me estaba respirando en la nuca olor a ceviche del día anterior

¡Que suene la música! ¡Baila con el corazón! ¡Así se mueve la cintura! ¡Qué bonito! ¡Sí, señor! ¡Dale con ritmo! ¡Que bailen todos! ¡Así se goza la fiesta! ¡Qué lindo! ¡Sí, señor! ¡Muévete, muévete!

Recuerdo aquella noche en Guadalajara, cuando el público cantaba conmigo cada canción. El mariachi sonaba tan hermoso, y mi corazón latía con tanta fuerza. Dios me ha bendecido con el cariño de mi gente, y eso es algo que siempre llevaré en mi alma y hasta el día que Dios quiera venir por mí. Y si Dios quiere que siga cantando desde arriba, con gusto seguiré cantando para ustedes.

Amigos y amigas de México, su servidor Vicente Fox les habla con el corazón. Necesitamos defender nuestra democracia, nuestra libertad, nuestros valores. México es grande cuando estamos unidos. No permitamos que nadie nos divida. ¡Adelante México! ¡Viva nuestra patria!

Papai, eu quero brincar no parque, mas não quero ir sozinho. Eu gosto de escorregador e balanço, mas não gosto do gira-gira. Na casa da vovó tem brinquedos também, mas eu prefiro brincar aqui com você, papai. Você brinca comigo sempre.

Ou bezwen asirans kay ou? Pa rete konsa non! Gade kouman bagay yo ye kounye a, ou pa ka kite kay ou san pwoteksyon. Vini wè nou, nap ba ou yon bon pri, yon bon sèvis. Pa pèdi tan ankò, ok? Nou la pou ede ou.