描述
El ser humano guarda en su mente datos, fechas y conocimientos, pero lo que en verdad lo hace crecer como persona no se conserva en la razón sino en el corazón. Agradecer es un acto silencioso que nos conecta con la raíz de lo humano: la conciencia de que nada somos sin los demás. Cuando reconocemos el esfuerzo de quienes nos tienden la mano, cuando valoramos lo que recibimos, estamos ejercitando la memoria más noble: la que no se mide en números, ni se archiva en libros, sino la que late en cada acto de gratitud. Esa memoria del corazón nos protege del egoísmo, nos recuerda que la vida es un tejido de favores, cuidados, enseñanzas y gestos compartidos. Educar en el agradecimiento, es sembrar humildad y respeto en los niños y jóvenes; es enseñarles que lo recibido no se da por sentado, sino que se honra con un “gracias” sincero y, mejor aún, con la disposición de dar también a los demás. Así, la gratitud se convierte en escuela de humanidad: transforma la memoria en un lazo vivo entre lo que somos, lo que hemos recibido y lo que estamos llamados a entregar. Porque al final, la inteligencia ilumina, pero es el agradecimiento el que calienta; es él quien guarda, en la memoria del corazón, la certeza de que nunca caminamos solos. Por eso Jean Massieu dijo alguna vez: ¡El agradecimiento, es la memoria del corazón!