描述
El viernes amaneció con el rugido de la aventura en los Pirineos. Éramos cuatro amigos, almas ciclistas listas para conquistar los gigantes. El Col de Tentes fue el primer desafío, sus rampas desnudas nos recibieron con el viento silbando, cada pedalada una promesa de victoria. Descendimos raudos para embestir el Luz-Ardiden, un coloso legendario donde cada curva nos acercaba a la gloria. Las piernas quemaban, pero el espíritu se inflamaba con cada metro ganado. El sábado, la épica continuó con el majestuoso Soulor y el imponente Aubisque. La niebla danzaba entre los picos, añadiendo un velo místico a nuestra ascensión. Subíamos, uno tras otro, sintiendo la historia de las grandes gestas en cada curva. El paisaje se abría, vasto e indomable, recordándonos la insignificancia de nuestros problemas frente a la grandeza de la montaña. El domingo, el Col d'Aspin nos esperaba, un final glorioso para una aventura inolvidable. Sus suaves laderas no restaron ni un ápice de emoción; cada kilómetro era una celebración de la amistad y la superación. Cruzamos la cima con una mezcla de cansancio y euforia, las piernas agotadas pero el alma rebosante de satisfacción. Este fin de semana no fue solo ciclista; fue una oda a la resistencia, la camaradería y la belleza salvaje de los Pirineos. Cuatro amigos, un mismo sueño, y la carretera como lienzo de una historia épica. ¡Hasta la próxima cumbre!