Dayra Loza

Y sí... Nunca imaginé una vida sin ti. No estaba preparada para un "hasta nunca"... aunque, ¿quién lo está realmente? Tenía tanta fe en que te sanarías, que me aferraba a cada esperanza, a cada sonrisa que compartíamos. Pero en los planes de Dios ya estaba que te fueras con Él, a ese lugar donde no hay dolor ni preocupación, donde todo es de color rosa. Sé que ahora estás en un lugar mejor, pero me haces tanta falta. ¿A quién le contaré mi día a día del cole? ¿Quién me va a esperar con los brazos abiertos? ¿Quién me abrazará como tú lo hacías, con esa ternura que solo tú sabías dar? Hasta ahora no lo puedo creer... que ya no estés conmigo. Ya ha pasado un mes sin ti, pero vengo a agradecerte por todos esos momentos hermosos e inolvidables. Gracias por ser mi segunda madre, por aconsejarme, por escucharme, por ser mi mejor amiga. Gracias por todo, mamita. Gracias por tu amor incondicional, por tu luz que siempre me guió, por tu presencia que siempre me dio paz. Aunque no estés aquí físicamente, te siento en cada rincón de mi corazón, en cada recuerdo que compartimos, en cada momento que vivimos juntas. Te llevo conmigo siempre, y te amaré por siempre.